En el Día Mundial de la Salud Mental queremos reivindicar una vez más la defensa de los derechos humanos para todas las personas con sufrimiento mental o psicosocial.
En este día queremos hacer además una llamada a (re)construir conciencia de comunidad también en lo que respecta a la salud, porque creemos que no hay salud individual sin salud colectiva. Desde nuestra profunda diversidad personal y organizativa, somos conscientes de que unidas somos más fuertes, y esa fortaleza es más necesaria que nunca para eliminar el estigma y para un desarrollo pleno de las personas.
Las personas con sufrimiento psicosocial tendemos a vernos mal a nosotras mismas y a limitar el contacto social. Es esa otra razón por la que necesitamos recuperar el sentido comunitario. Para ello podemos intentar establecer relaciones más próximas, humanas y horizontales en los diferentes ámbitos de nuestras vidas, fomentando el asociacionismo en todos los sectores, más allá incluso del ámbito específico de la salud mental, e impulsando la socialización de las personas a través de diversas actividades: laborales, de ocio, etc.
Además, nos gustaría que este día fuese el inicio de un punto de inflexión en el que se reconozca la importancia de los cambios que necesitamos. Y esos cambios suponen, entre otras cosas, que todas las personas nos podamos informar de nuestros derechos y obligaciones para tener criterios que nos permitan entender nuestra situación y avanzar en nuestro empoderamiento. Para ello es clave poder recibir información veraz, accesible y vinculante, que despierte interés y curiosidad y evite la confusión y la desinformación.
Por todo lo cual, en este Día de la Salud Mental pedimos: